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terapia psicoanálisis

Psicoanalista en Barcelona para adultos y adolescentes

Howard Rouse es un psicoanalista establecido en Barcelona con una dilatada experiencia en el ámbito de la psicoterapia y el psicoanálisis.

En su consulta de Barcelona, Howard Rouse sigue el método psicoterapéutico del psicoanálisis para abordar problemáticas de personas adultas y adolescentes relacionadas con las adicciones, la ansiedad, la depresión, la salud mental y las relaciones sociales y de pareja.

El psicoanálisis, tal y como lo desarrollaron Sigmund Freud y Jacques Lacan, es una respuesta al sufrimiento y al dolor psíquico. Si experimentas un malestar que es difícil poner en palabras, o determinados problemas que parecen repetirse en tus relaciones, el trabajo, la vida social y familiar; si te sientes bloqueado o con ansiedad, o te embarga un sentimiento de tristeza en tu vida, entonces el psicoanalista Howard Rouse en su consulta de Barcelona puede ayudarte.

¿Qué es el Psicoanálisis? ¿Cómo es al inicio?

 

En un momento de urgencia subjetiva, uno se dirige al psicoanalista, quien te escucha sin juzgar, sin encarnar la moral. Durante las primeras sesiones se tratará de ayudarte a poner en palabras el sufrimiento que te trae a consulta. Se confían las miserias, las vergüenzas, las palabras, frases y los acontecimientos recientes o pasados que te producen malestar, también los más íntimos, aquellos que resultan inconfesables. El psicoanalista te da soporte y apoyo para limitar el padecimiento. También te proporciona un espacio seguro para que puedas hablar libremente sobre todo ello, sin ser juzgado.

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¿En qué consiste el tratamiento? Metodología de la consulta

 

En nuestra consulta de Barcelona el tratamiento, no obstante, no consiste en una confesión; es decir, no se reduce a contar lo que ya sabemos y nunca hemos podido decir a nadie. En el psicoanálisis lo que se dice es diferente, se dice también lo que no se sabe, y a eso apunta el psicoanalista. Poco a poco, por medio de la asociación libre, el analizante puede expresar cualquier cosa que le viene a la mente. Entonces, las palabras que uno mismo emplea sobre sí mismo y sobre los demás producen sorpresas; y ese descubrimiento ayuda a rebajar el dolor.

En el análisis se descubre también el deseo que marca y organiza la vida. No se trata de una experiencia moral, sino de una experiencia singular de la palabra que apunta al deseo inconsciente, el cual se oculta tras la demanda consciente de ayuda dirigida al analista.

El psicoanálisis se orienta a partir del deseo de la persona analizante y su saber sobre el síntoma. En el tratamiento se pone de relieve la dignidad del síntoma como lo más singular del paciente, y que no se trata de erradicar, sino de poner en palabras y reconocerse ahí. Con el tiempo, este enfoque permite que la persona adquiera un nuevo saber sobre sí misma y sus relaciones.

¿Cómo es una sesión de psicoanálisis?​

Jacques-Alain Miller (fundador de la Asociación Mundial de Psicoanálisis) dice que en una sesión de psicoanálisis "nos abstraemos de toda evaluación de utilidad directa (...)  Una sesión se extrae del curso de la existencia para formular lo que podemos cuando estamos asfixiados, liberando una hora para conseguir hablar antes de que el ritmo de la existencia vuelva a atraparnos. (...) En cada sesión hay confianza en la utilidad indirecta. En este sentido, una sesión de análisis siempre es un esfuerzo de poesía, un espacio de poesía que el sujeto se reserva en medio de una existencia, la suya, que está determinada, gobernada, por la utilidad directa.  Ahora bien, ¿qué significa poesía? No es asunto de talento. En una sesión, significa que no me preocupo por la exactitud, que no me preocupo por la concordancia de lo que digo con lo que otros creen, ni tampoco con lo que puedo transmitirles. (....) En una sesión, podemos concentrarnos en lo que nos es propio, y llegamos a decirlo uno solo, a decirlo mediante la lengua - lo cual implica ya compartirlo". 

(Un esfuerzo de poesía, Paidós, 2016).

¿Qué efectos tiene?​

El psicoanálisis tiene efectos terapéuticos de alivio, en la medida exacta en que reconoce la singularidad del deseo de cada persona. Además, permite al analizante hacerse responsable de su deseo, incluso del más inconfesable. Sin embargo, eso se logra sin que conlleve que el sujeto tenga que adaptarse a la norma, a lo habitual, sino más bien autorizando su deseo en su desviación constitucional. Alguien va a terapia con su queja, con su vergüenza en relación con su goce, con su malestar. Los efectos terapéuticos del tratamiento no consisten en conducir esta desviación del deseo a una norma, sino por el contrario en autorizarla, cuando está fundada en algo auténtico. Emprender un análisis tiene el valor de un acto en el sentido en que Jacques Lacan lo entendía, el de una transformación.

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Psicoanálisis con adolescentes

Una posible definición de la adolescencia sería: “la más delicada de las transiciones”. Así se la contempla no como una fase biológica, sino como un paso de discurso fuera de la pubertad y de entrada en la vida adulta.  Freud la compara con “la perforación de un túnel comenzada por sus extremos simultáneamente”: hay una salida de la infancia, pues, y una entrada en la vida adulta.

Sin embargo, para el psicoanálisis no hay “la adolescencia” como una fase generalizable para todos.  Cada adolescente tiene su propias experiencias e historia, y en su singularidad debe ser reconocido.

Hay dos aspectos que sobresalen en las adolescencias: las relaciones con los otros - y aquí se trata de ver cómo cambian en particular las que mantiene con el Otro parental o los cuidadores - y las cuestiones relacionadas con el cuerpo y el goce. También se constata en la actualidad una incidencia de lo digital y lo virtual que se traduce en una extensión del universo de lo posible, de mundos posibles, al alcance de la mano. Esto genera confusión, falta de orientación acerca del deseo.

Por otro lado, la incidencia del mundo virtual en cuanto al saber, antes depositado en los adultos o en los educadores, se encuentra ahora disponible de forma automática en Internet y con solo hacer una pregunta a la IA. Antes, el saber se buscaba en el Otro, hoy lo puede encontrar uno solo. Sin embargo, la persona adolescente no hallará las respuestas a las preguntas más enigmáticas y difíciles acerca de sí misma ahí, sino que las podrá encontrar a lo largo del tratamiento en las construcciones que vaya realizando a partir de su síntoma.

Motivos de consulta

Los motivos de consulta en la adolescencia son muy variados y se manifiestan de manera completamente singular en cada persona analizante. Algunos son: problemas emocionales (depresión, ansiedad, cambios de humor); trastornos alimentarios; apatía (con respecto a  los estudios, la familia, los amigos o la vida cotidiana); adicciones (tecnologías, drogas, alcohol); sentimientos de rechazo de la imagen corporal y de uno mismo. Esto último en psicoanálisis tiene que ver con los modos de articulación del “yo ideal” y el “ideal del yo”, tal y como Freud y Lacan desarrollaron.

 

Tratamiento con los adolescentes

El tratamiento con adolescentes se funda en primer lugar en otorgarle la palabra, haciendo ver que sus palabras cuentan, dándole el espacio y el tiempo necesario para ello. La persona adolescente es comúnmente traída a consulta por un adulto, pero sin su consentimiento a venir el inicio del tratamiento no es posible. Eso es algo que se trabaja con ella, pero también con entrevistas con la familia o cuidadores.

Al igual que con adultos, en la consulta se crea un ambiente donde el sujeto analizante se siente seguro para expresarse sin miedo a ser juzgado.

Dejar atrás la infancia para alcanzar un modo propio de habitar la palabra, de vivir con los otros, conlleva respetar el trabajo singular de la persona para llegar a forjar la propia enunciación.

En un tratamiento psicoanalítico, se parte de la base de que la persona adolescente ya tiene un saber acerca de sí mismo y de su vida, aunque no sepa cómo decirlo. Se trata de sacarlo a la luz a través de sus síntomas para darle una forma que le sirva en la travesía a la vida adulta. El analista lo acompaña en este trayecto.

© 2022 Howard Rouse 

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